Entre líneas te veas…
Se aprende a escribir escribiendo…
Últimamente recuerdo mucho lo lindo que era escribir por escribir.
Escritura verdaderamente libre, esa que sale, sin forma ni propósito.
Escribir como el Zarathustra, para todos y para nadie.
Escribir como se habla y como se vive, desde la plena subjetividad.
La escritura ha sido reconocida como una herramienta auxiliar para infinidad de procesos terapéuticos de diferentes cortes, desde el psicoanalítico hasta el cognitivo conductual.
Pero, ¿qué hace a la escritura terapéutica?
El acto de escribir posibilita procesos de regulación emocional, construcción de sentido y transformación subjetiva.
Diversos estudios han analizado la eficacia de la escritura (journaling, según la jerga popular) en el manejo de los trastornos mentales. Sohal et al (2022) realizaron un meta-análisis de estudios aleatorizados con control (RCT), en el que encontraron que la escritura como intervención terapéutica resultaba en una reducción de la puntuación en escalas de salud mental del 5% (promedio) comparado contra controles. Los mayores beneficios se encontraron en los grupos con síntomas de ansiedad (9%) y de estrés postraumático (6%).
Hay que tomar esos resultados con reserva, pues la heterogenicidad de las escalas empleadas no permite determinar si los resultados son estadísticamente significativos.
Aunque sus resultados son de una mejoría sintomatológica modesta, hay que recordar que:
El estudio sólo considera RCTs, por lo que puede dejar de lado resultados importantes de estudios que utilicen otro diseño.
Los estudios no contemplan el uso conjunto de farmacoterapia.
La mejoría de los síntomas de trastornos mentales, aunque sea modesta, puede mejorar la calidad de vida de las personas.
La cultura del siglo pasado nos enseñó a entender nuestras vidas en el rígido formato del ensayo académico. Sin embargo, la vida no es así. La vida no tiene una introducción y un desarrollo claro, es caótica, flexible, e inesperada. La vida es de libre formato.
La escritura terapéutica debe permitirse las mismas atribuciones que la vida.
Ésta se puede presentar en diferentes formatos.
Tristine Rainer (1978) identifica 4 formas de diario que corresponden a los tipos básicos de percepción humana según Jung:
Escritura libre : como el lenguaje de la intuición
Escritura catártica: permite la expresión y liberación de la emoción
Escritura descriptiva: manifiesta la información percibida por los sentidos
Escritura reflectiva: como la contemplación del intelecto
Escribir es más que comunicar, es configurar la experiencia subjetiva por medio de símbolos. Es un medio a través del cual el sujeto se constituye a sí mismo, como objeto de reflexión, de memoria o de relato. La escritura exterioriza la experiencia y permite el distanciamiento del propio contenido mental, lo que permite análisis, la estructuración, y la reestructuración.
Antes tenía dos blogs personales.
Ahora escribir me resulta muy difícil.
Escribir para mí, aún más.
[Debe ser la edad]
Quizá retome alguno, por el bien de mi sanidad mental.
Total, escribir es gratis…
Para saber más…
Bolton, G. (1999). Therapeutic Potential for Creative Writing: Writing Myself. Jessica Kingsley Publishers
Haertl, K. L., & Ero-Phillips, A. M. (2017). The healing properties of writing for persons with mental health conditions. Arts & Health, 1–12.
Sohal, M., Singh, P., Dhillon, B. S., & Gill, H. S. (2022). Efficacy of journaling in the management of mental illness: a systematic review and meta-analysis. Family medicine and community health, 10(1), e001154. https://doi.org/10.1136/fmch-2021-001154